viernes, 25 de julio de 2008

Kukli Vasquez





El dia de la reunion de los cincuentones tuve la oportunidad de platicar con tres médicos al mismo tiempo total que todo gratis, estaban Francisco José Colomé, Francisco Cornejo y Mauricio (kukli) Vasquez. Con Kukli o Ququi (no lo termino de descifrar pero para los efectos no importa) comentábamos los mascones de futbol entre 5C y 5B donde siempre nos ganaba el 5B donde ququi era el portero, las idas al centro deportivo de la Constancia, la masconeada y despues la bañada en la piscina...realmente la pasabamos a mil.

Ququi se fue a estudiar Medicina a Brasil cuando nos graduamosy parte de su vida esta allá y como remenbranza él escribió su experiencia de estudiar en el país del campeón mundial de futbol, la samba, la caipiriña, la chica de ipanema, etc. Les copio textualmente la anécdota de Ququi:

San Salvador, Julio de 2006.-

“Mi nombre es Mauricio Guillermo Vásquez Romero, Médico Especialista en Dermatología. Graduado Médico en 1983 en la Universidad Federal de Pelotas, Estado de Rio Grande do Sul.
Posteriormente realizé estudios de Post-grado en la Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro (PUC), Universidades Estadual(UERJ) y Federal de Rio de Janeiro(URFJ). Actual profesor asociado de la Universidad José Matías Delgado en San Salvador.

Llegué a Brasil la primera vez en Enero de 1977, recién graduado bachiller del colegio Liceo Salvadoreño, aún no había completado mis 18 años, existía una emoción muy grande y al mismo tiempo un miedo tremendo de enfrentar gente desconocida que hablaban otro idioma parecido al español, pero que no se les entendía mucho…Al menos era un alivio para mis padres que me encontrara lejos de la naciente guerra civil en El Salvador.

Afortunadamente, con la llegada en avioneta a la ciudad de Pelotas en la cual se designó mi cupo (beca) en la facultad de medicina, encontré un compañero de vuelo venezolano Gilberto, que me dedicó algún tiempo para hablarme de los salvadoreños que estudian en dicha ciudad, me dió una dirección y teléfono de alguien. En pocos días ya estaba ubicado en una casa de familia la cual era acomodada para estudiantes, que pagan su mes y su comida incluida.

Los primeros meses costó un poco entender el idioma, en un examen práctico en la materia de Histología, debíamos mostrar al microscopio una fase específica de la división celular y yo no hacía ningún movimiento al microscópio, porque la verdad!, no habia entendido la pregunta…. La Profesora detectó alguna expresión trágica mía y se acercó…le dije: es que no entendí le que preguntó!!!!!

Además, tenía problemas en otras materias porque en otros exámenes yo intentaba responderlos en portugués …se acercó el jefe de enseñanza y me dijo: Hemos decidido darte la oportunidad de contestar tus exámenes escritos en español por el período de 1 año; mientras haces un esfuerzo supremo de aprender portugués.

Meses después de vivir en la casa para estudiantes, hicimos amistad con compañeros brasileiros para compartir los gastos de un apartamento, entonces empecé a mejorar mi portugués. Me llamó mucho la atención, el increíble e inmenso interés que provocamos al llegar al vecindario (clase media baja) adonde viviríamos. Porque, las familas se preocupaban por nuestro bienestar, sabiendo que estamos solos y lejos de nuestras familias. En varios aspectos, como nuestras comidas, nuestras ropas, nuestras cuentas, nuestra salud.. etc.. En todo esto no detectamos ningún tipo de interés en las personas que se nos acercaban… ”Pobrecitos, son estudiantes extranjeros..
Al tercer año de universidad ya estaba, bastante adaptado, aunque sufríamos mucho por el frío cruel y el viento “Minuano” del invierno en el sur de Brasil, una noche típica de invierno fácilmente la temperatura podría bajar a -3, -5 grados centígrados. No entiendo aún porque las casas y apartamentos no poseen sistemas de calefacción propias; por lo que nos calentábamos tomando chimarrao (hierba mate en infusión) o apenas ropas gruesas compradas en la frontera con Uruguay. Y, para dormir los famosos “colchoados” que eran unos frazadas de algodón muy gruesas. La bañada mañanera era una tortura…A veces con estufas eléctricas, pero las usamos 1 ó 2 meses cuando llegó la cuenta de luz…

Recuerdo, aquellas vacaciones en las cuales no viajé a mi país y tuve que quedarme a matar el tiempo en la ciudad. Conocí a amigos paraguayos, bolivianos, uruguayos….con quienes los fines de semana acompañados de una guitarra intentaba imitarlos tocando músicas de nuestros países, mayormente sudamericana. Hasta hoy cuando tengo la oportunidad de tocar una guitarra, me salen espontáneamente esos acordes suaves como una guarania paraguaya o el golpeteo de un malambo argentino, así como también lo penetrante de una Zamba argentina, ó los complicados acordes de un bossanova, casi inimitables por alguien ajeno a Brasil….

A mediados del 1979, escuchábamos las noticias de la caída del régimen autoritario de Anastasio Somoza en Nicaragua, y acompañamos a nuestros hermanos compañeros de universidad nicaragüenses como quedaban desamparados, sin dinero, sin noticias de sus familias que se encargaban de enviarles sus mesadas. Hicimos una campaña de colaboración entre otros estudiantes para ayudarles, pero quiero dejar constancia de esta situación:
La Universidad Federal de Pelotas ofreció a los compañeros nicaragüenses becados en nuestra Universidad una cuota mensual de
CUATROCIENTOS CRUZEIROS (US $ 40.00) , además de alimentación gratis en el restaurante universitario y acomodamiento en Apartamentos del complejo de alojamiento de la Universidad. No sé el período que duró esta ayuda pero recuerdo que fueron varios meses.

Recuerdo como al presentarme la primera vez a la Dirección de la Facultad de Medicina de Pelotas, nos fué advertido que, bajo riesgo de perder nuestra beca o expulsión del país, no debíamos de manera alguna comprometernos en reuniones políticas de las diversas facultades. En una ocasión de 1979, se convocó a un meeting político frente a la Facultad de Derecho, cuando yo, viviendo a unas cuadras de la universidad, aparecieron varios pelotones de policias militares antimotines con cascos, escudos y garrotes a disolver la situación ilegal. En esa época en Brasil con los regímenes militares de Ernesto Geisel y Joao Batista Figueredo. Me llamó la atención que no se produjo ningún tipo de violencia estudiantil como a la que estábamos acostumbrados a ver en El Salvador, adonde se veían cocteles molotov, piedras y muchas veces disparos. Los estudiantes simplemente se retiraban en silencio, dejando sólos a los organizadores del evento, quienes eran detenidos para interrogatorio, pero el lunes siguiente ya estaban otra vez en clase. Por cierto me enteré que uno de ellos compañero estudiante de medicina, “o coelinho” en el año de 1990, se postulaba como candidato a las elecciones por la Alcaldía de la ciudad de Pelotas (Segunda ciudad del estado de Rio Grande do Sul, 700,000 habitantes, Capital Porto Alegre 2,5 millones) .

Fué en 1979, cuando en celebración de la Independencia de El Salvador con el grupo de estudiantes salvadoreños compartiamos un delicioso asado “churrasquinho” de oveja proveniente de la ciudad de Encruzilhada do Sul-RS, conocí a mi actual esposa Izabel Costa Beber; la cual, en su grupo de compañeras universitarias nos observaban y se extrañaban como estos jóvenes locos bailaban una música con ritmo y pasos extraños que decian: “Caramba Doña Leonor, como se le nota…” y otra que decía:
“ Masa, Masa” habrá dicho: y quienes son esos???…pero no sabia lo que el futuro le traería…

El mes siguiente nos enteramos que se estaba produciendo el golpe de estado en El Salvador, en el cual se expulsaba del país al General de Caballería Carlos Humberto Romero. Siempre agradezco el fraterno apoyo de todos mis compañeros, que me decían: si se daba el caso de quedar en total desamparo familiar, sabiendo de lo que había pasado vivir en Nicaragua ese año. Ellos se harían cargo de mí mantenimiento……
Afortunadamente, y hace parte de nuestra historia, nunca se produjo ese evento brusco que afectó a nuestros colegas nicaragüenses. Y sí, se produjo un conflicto de baja intensidad, pero largo y tortuoso que culminó con los acuerdos de paz en Enero de 1992.

Regresé a mi patria después de casi 11 años en Brasil, con mi formación completa en Brasil, de algún modo y a medio camino absorbí mucho de la cultura brasileira, su ritmo, su desinterés, su sobriedad, su manera impecable de trabajar, su tolerancia a las razas diferentes e inclusive al comportamiento homosexual. Comparaba que a estos personajes en El Salvador eran torturados, maltratados y degradados. Muchas veces hasta asesinados.
De algún modo mi corazón se transformó en una mezcla de admiración, respeto y deseos de ser parte de Brasil. Debo confesar que también conocí personas ingratas, mezquinas. Pero, ante el resto de cosas buenas, fué tan poco, que las he olvidado y que jamás valdría la pena mencionar estos eventos.
Estoy muy orgulloso de mi Universidad que nos enseñó aprender a aprender, como escuchar, entender, confortar y tentar aliviar el sufrimiento de nuestros pacientes. No solamente la enfermedad que le afligía pero sí su desespero, su abandono emocional y económico . Tan sólo el hecho de escuchar a un paciente era capaz de aliviar mágicamente su dolor….

Durante una noche de turno en mi internado rotatorio en el área de Obstetricia en 1982, tuve que atender durante el trabajo de parto a varias pacientes, pero una de ellas escuchaba como mis queridos colegas de turno se reían al comunicarme a cada pocos minutos como la selección de El Salvador, durante el Mundial de España en 1982, recibía en total 10 goles anotados por el equipo Húngaro. Me dijo la paciente muy emocionada con su bebé en brazos; que sentía mucho lo que había escuchado sobre la derrota del equipo de mi país, y por consolación le pondría de nombre Mauricio (mi primer nombre) al bebecito que terminaba yo de empujarle a dar su primer respiro en mis manos…

Otra semana de turno en Obstericia, tuvimos otro bebé que nació por problemas médicos maternos, apenas con 3-4 meses de embarazo, el feto estaba vivo a su expulsión vaginal, lo limpiamos y sabíamos que a esa corta edad de meses, no podria sobrevivir a no ser pocos minutos. Tuvimos la satisfacción de bautizar nosotros al bebito antes de ver apagarse sus movimientos y vida en apenas una mano nuestra.

Al final de los 6 años de Escuela Médica, nos graduamos 64 Médicos en mi promoción, fué muy emocionante como muchos compañeros deseaban conocer a mis padres y hermana que habían llegado de “tan lejos” para acompañarme a tan sublime ceremonia.

En esos días previos a mi graduación tuve el honor, privilegio, alegria de compartir muchos días con la familia de mi esposa Izabel Costa Beber, natural de la Ijuí en la región del planalto (altiplano) del estado de Rio Grande do Sul. Es una persona muy fuerte, linda y que me ha ayudado a mantener el rumbo de mi vida, me ha ayudado a cambiar mucho y seguimos intentando ser mejores. Su familia toda es una familia muy linda descendiente de italianos que me adoptaron en poco tiempo. Fácilmente me contagié con sus costumbres familiares de reunirse todas las semanas a compartir el cariño con cada uno que se reúne, sentí y aprendí el cariño y al amor al prójimo que de ahí se irradiaba a todos. Después me enteraría de su origen italiano por su abuelo: inmigrante natural de Posina, Provincia de Vicenza, región del Venetto.

Aprendí el significado de mantener siempre la familia unida. Siempre en todo momento están cerca de la mano de Dios, a quien dedican todo sus éxitos en las buenas y en las malas cosechas . Nos casamos en 1985, curiosamente 5 sacerdotes dirigian la ceremonia. El Obispo de la región de Cruz Alta, el párroco de la Iglesia de Ijui, 2 tíos que son sacerdotes en el estado y otro sacerdote amigo del párroco….

Infelizmente tuvimos que enfrentar la pérdida de mi padre quien tuvo una enfermedad cardíaca fulminante que lo imposibilitó de llegar a su destino: nuestra boda. Murió en Rio de janeiro 3 dias antes de nuestra boda….a pesar de nuestro dolor, llorar y sentir, me quedé para la boda. El resto de mí familia, mi madre, mi hermana y mi hermano mayor volvían para los funerales a mi país…todos juntos nos apoyamos en esos interminables dìas. Todos hemos ido saliendo adelante después que faltó la cabeza de la familia, el ejemplo de nuestro padre ha perdurado siempre.
Unas palabras de mi suegro después de la ceremonia me llenaron de mucho conforto, y debo repertirlas en este momento: “ Es duro haber perdido a tu padre en estas condiciones, pero debes alegrarte también este día, porque has ganado otro papá..” Hugo Lino Costa Beber.

Volví ya un profesional especialista a mi país, dejando mucho de mí persona en Brasil. Vivimos en San Salvador. Enfrentamos los problemas de incorporación a la Universidad Nacional de El Salvador, este período tuvo una duración de 4 años. Esto es, para graduarme nuevamente en este país. Acá me siento satisfecho por tantos años de trabajo, estamos en un país que debe mejorar, por lo menos conservo la esperanza, que algunas personas cambien aquí en El Salvador. Estamos contentos que todo el esfuerzo ha valido la pena y ahora colectamos los frutos de tanto sacrificio. Tenemos 2 hijas, Andrea y Marcela que son salvadoreñas, que son muy lindas por esa mezcla porque también son brasileñas, y a quienes se les inculcan los valores de ambas culturas y el respeto que debe haber cuando se comparan 2 culturas diferentes.

En una de las reuniones (20 años) de mi promoción de Médicos realizada en 2002, no pudiendo asistir a la misma por las fechas en que se realizaba, envié una nota para que se leyera en una reunión solemne, contando como habían sido estos 20 años alejados de todos mis compañeros, finalizaba diciendo: Una buena parte de mi corazón ganó otra nacionalidad, quedó con Uds, en Brasil para siempre. Al final de mis estudios me sentía como un brasileño igual a ellos, apenas mi pasaporte sigue siendo salvadoreño”.

Mauricio G Vásquez Romero